La alfabetización digital constituye una competencia fundamental para la formación integral de los estudiantes en el siglo XXI, ya que les permite desenvolverse de manera segura, crítica y eficaz en entornos digitales. En el ámbito educativo, su relevancia radica no solo en el dominio instrumental de las tecnologías, sino en la capacidad de comprender, evaluar y utilizar de forma ética la información disponible en línea. La incorporación de estrategias pedagógicas orientadas a fortalecer las competencias digitales en el aula resulta imprescindible para fomentar el uso responsable de la tecnología y promover la ciudadanía digital.

Enseñar alfabetización digital va más allá del simple uso de dispositivos tecnológicos. Implica dotar al alumnado de herramientas cognitivas y actitudinales que le permitan interactuar de manera reflexiva y segura en un entorno saturado de información, recursos digitales e interacciones virtuales. Esta competencia exige una formación transversal que articule el pensamiento crítico, la ética digital y la autonomía en el aprendizaje, preparando a los estudiantes para afrontar los desafíos de una sociedad hiperconectada.

Los beneficios de integrar la alfabetización digital en los procesos educativos son múltiples. Favorece el acceso equitativo a recursos tecnológicos que mejoran la comunicación, tanto oral como escrita; fortalece la capacidad de discernir información veraz y pertinente; y promueve la colaboración, la creatividad y la resolución de problemas. Asimismo, su implementación en el aula contribuye al desarrollo de experiencias de aprendizaje personalizadas, interactivas y significativas, que elevan el nivel de compromiso estudiantil y permiten responder a las diversas necesidades del alumnado en entornos educativos cada vez más dinámicos.

El ABP como Estrategia Transformadora para el Aprendizaje Interdisciplinario y Vinculado a la Realidad Profesional

Por: Gabriela Saravia, CNIEDD - PUCE
En un ambiente empresarial cada vez más dinámico y competitivo, la formación de nuestros estudiantes en la carrera de Marketing exige enfoques pedagógicos innovadores que promuevan no solo el dominio de conocimientos técnicos, sino también el desarrollo de habilidades prácticas, pensamiento crítico y capacidad para resolver problemas reales de forma colaborativa. En este contexto, el Aprendizaje Basado en Proyectos (ABP) se posiciona como una metodología clave para transformar la experiencia de enseñanza y aprendizaje, al involucrar activamente a los estudiantes en situaciones auténticas y de impacto real. Esta estrategia busca fomentar la integración interdisciplinaria, fortalecer la autonomía estudiantil y promover una vinculación efectiva con el entorno profesional.
En esta línea, la carrera de Marketing implementa el ABP en cuatro asignaturas de cuarto nivel de la carrera: Precios y Revenue Management, Investigación de Mercados, Valor y Branding, y Entrega de Valor.
El trabajo articulado entre los docentes de estas asignaturas ha permitido diseñar experiencias de aprendizaje integradas desde el microcurrículo, lo que ha favorecido la coherencia pedagógica del ABP considerando sus fases de implementación (Iniciativa para el proyecto, Esbozo del proyecto, Plan del proyecto, Realización del proyecto y Terminación del proyecto), así como su adecuado seguimiento y acompañamiento desde cada asignatura dando lugar a las fases intermedias del ABP (Puntos fijos y Meta-interacción).
Es así que en coordinación con PUCE Salud – el centro de atención médica ambulatoria y de especialidad que brinda servicios de consulta externa, enfermería, diagnóstico y rehabilitación física, tanto a la comunidad universitaria como al público externo- , se convierte en el escenario real del proyecto interdisciplinario que ofrece a los estudiantes la oportunidad de aplicar sus aprendizajes en un contexto significativo, con el objetivo de contribuir al fortalecimiento institucional de PUCE Salud desde una perspectiva de marketing estratégico y socialmente responsable.

Enfoque en habilidades socioemocionales en el aula

En el contexto educativo contemporáneo, el desarrollo de habilidades socioemocionales se ha consolidado como un componente esencial para una formación integral del estudiantado. Estas habilidades, que incluyen la autorregulación emocional, la empatía, la toma de decisiones responsables y las habilidades interpersonales, permiten a los estudiantes enfrentar desafíos personales y académicos con mayor resiliencia. Según la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económicos (OCDE, 2015), dichas competencias son tan importantes como las habilidades cognitivas, ya que influyen directamente en el bienestar, la convivencia escolar y el rendimiento académico.

Diversos estudios han evidenciado la relación positiva entre la implementación de programas de aprendizaje socioemocional (SEL, por sus siglas en inglés) y la mejora del clima escolar. Por ejemplo, la meta-análisis de Durlak et al. (2011), que abarca más de 270.000 estudiantes, concluye que los programas SEL bien estructurados promueven un aumento del rendimiento académico de hasta un 11%, además de reducir comportamientos disruptivos y síntomas de ansiedad o depresión.

Estos hallazgos sustentan la necesidad de que los docentes incorporen estrategias de enseñanza que integren tanto lo emocional como lo cognitivo, fomentando ambientes educativos más empáticos y colaborativos.

Para lograr una implementación efectiva, se requiere un enfoque sistémico que involucre no solo a los docentes, sino también a directivos, familias y a la comunidad en general. Tal como señalan Zins y Elias (2007), el aprendizaje socioemocional no debe ser considerado como un contenido añadido, sino como una dimensión transversal del currículo escolar. La formación docente, en este sentido, es clave, ya que permite que los profesionales de la educación adquieran las herramientas necesarias para modelar y guiar comportamientos socioemocionales positivos dentro del aula, contribuyendo así al desarrollo de ciudadanos más conscientes, empáticos y socialmente responsables.

Referencias:

  • Durlak, J. A., Weissberg, R. P., Dymnicki, A. B., Taylor, R. D., & Schellinger, K. B. (2011). The impact of enhancing students’ social and emotional learning: A meta-analysis of school-based universal interventions. Child Development, 82(1), 405–432. https://doi.org/10.1111/j.1467-8624.2010.01564.x

  • OCDE (2015). Skills for Social Progress: The Power of Social and Emotional Skills. OECD Publishing. https://doi.org/10.1787/9789264226159-en

Sentido y bienestar en la docencia universitaria: reflexiones sobre el cuidado y la salud del profesorado.

Mg. Eva Ganchozo Macías PUCE Sede Manabí

¿Qué significa hoy estar bien siendo docente universitario? ¿Cómo se sostiene el compromiso con la enseñanza en medio de un contexto cada vez más demandante? La práctica docente universitaria implica una exigencia continua que, con el tiempo puede traducirse en distintos tipos de cansancio. Además de la fatiga física, se manifiestan el agotamiento emocional y la saturación mental. La entrega constante en los procesos de enseñanza, evaluación, acompañamiento estudiantil y respuesta a demandas institucionales, convierten el ejercicio docente en una actividad vulnerable al desgaste. Cuando se cronifica este cansancio, sin espacios de recuperación, pueden derivar en malestar docente. Expresado en síntomas como desmotivación, irritabilidad, apatía o incluso absentismo laboral.

En la llamada sociedad del cansancio, concepto desarrollado por Byung-Chul Han, el sujeto contemporáneo se encuentra sobreestimulado, hiperproductivo y permanentemente exigido. En este contexto, el docente no escapa al imperativo de rendimiento, lo que podría agudizar la autoexigencia y dificulta distinguir entre un cansancio destructivo y uno curativo. Este último, el cansancio curativo, surge cuando, a pesar del esfuerzo invertido, se experimenta una sensación de logro, sentido y conexión con la tarea realizada. Es un cansancio que permite descanso, porque no está teñido de frustración.

El malestar se intensifica ante factores como la falta de compromiso estudiantil, la sobrecarga administrativa, respaldo institucional intermitente, o cambios constantes en las políticas educativas. Estas condiciones, si no se reconocen y abordan, deterioran la salud del profesorado.

Frente a ello, cuidar de sí mismo es fundamental. Estrategias como la gestión óptima del tiempo, incorporación de hábitos saludables, el reconocimiento de redes de apoyo social y profesional y la preservación de espacios personales, permiten amortiguar los efectos del desgaste. Promover el bienestar implica transformar el modo en que habitamos la labor académica.

De la Identificación a la Acción: El Modelo Ashoka para Potenciar Emprendedores Sociales desde la Juventud.

Fuente: https://observatorio.tec.mx/ashoka-docentes-agentes-de-cambio-2025/

Los y las docentes tiene la capacidad de crear espacios de colaboración significativos para identificar e impulsar a quienes muestran liderazgo, compriomiso social e iniciativa para convertirse en futuros agentes de cambio que transformen positivamente sus comunidades.

Ashoka, con una trayectoria de más de cuatro décadas, se erige como una organización internacional líder en el impulso del emprendimiento social a nivel global. Su red, que abarca más de 95 países, conecta a agentes de cambio desde edades tempranas, promoviendo un paradigma societal fundamentado en la empatía. Esta plataforma global facilita la consolidación de ecosistemas diversos y robustos, integrados por individuos comprometidos con la mejora de su entorno y la generación de un impacto positivo tangible. La labor de Ashoka, tal como lo señala Ramsés Gómez Molina, director de estrategia regional para The Wellbeing Project y vinculado a la organización por más de quince años, se fundamenta en la identificación y el apoyo a emprendedores sociales, concepto acuñado por su fundador, Bill Drayton.

Un elemento común entre los emprendedores sociales y los agentes de cambio radica en la experiencia de un punto de inflexión vital, un momento o una serie de eventos que los exponen a una problemática particular y los impulsa a reconocer su capacidad de influencia. Esta conciencia, que detona un vínculo emocional y un sentido de propósito intrínseco, puede verse obstaculizada por motivaciones extrínsecas como la búsqueda de protagonismo. En contraposición, una motivación genuina, anclada en una aspiración sostenible, resulta crucial para la perdurabilidad y el alcance de las iniciativas de cambio. Asimismo, la comprensión profunda y sistémica de un problema, aunada a la colaboración efectiva, se postulan como pilares fundamentales para la concepción de soluciones amplias e impactantes. En este contexto, el rol de los educadores se torna esencial en la identificación y orientación de jóvenes con potencial transformador, fomentando habilidades de colaboración y cultivando una visión de mundo orientada al bienestar colectivo. La reciente iniciativa «Jóvenes que Transforman» de Ashoka ejemplifica esta apuesta por empoderar a las nuevas generaciones como agentes de cambio.

Entrevista a Fausto Orozco, Docente de Ingeniería en Sistemas PUCE Santo Domingo.

Los proyectos OIT y los proyectos de ayuda a comunidades en Santo Domingo de los Tsáchilas.

¿Qué está sucediendo en nuestra Sede Santo Domingo? En el video podrás conocer sobre los diversos  proyectos que se están desarrollando. No te pierdas sus reflexiones sobre la trascendencia de los proyectos de vinculación, buenas prácticas docentes y la apuesta por una docencia innovadora.

¡Tu conocimiento es valioso!

Te invitamos a ser parte activa de esta comunidad innovadora. Si tienes un artículo que quieras compartir o una idea para desarrollar un tema de interés para los docentes de la PUCE, escríbenos a Innovación@puce.edu.ec.

 Juntos, podemos enriquecer el aprendizaje.